jueves, 12 de noviembre de 2015

La fortuna de un terruño



Aunque uno es un ciudadano terrícola y en ese sentido se debe ser consciente del mundo global en que uno se encuentra para transcender aquellos patriotismos cifrados en desconocimiento, odios y supremacía de un pueblo sobre otro; hay días en que el amor patrio aparece a borbotones, se apodera de uno, un sentimiento de agradecimiento y de buena fortuna, al pensar en su terruño, lleno de pluralismos, de diferencias regionales que la hacen la patria rica culturalmente y llena de gente luchadora, tenaz y trabajadora, quienes a pesar de las dificultades y las circunstancias de distinto tipo que afrontan cotidianamente, son alegres y están dispuestos a apoyarse y a colaborarse cuando se requiera, y con la consigna de ver el lado más amable de lo que acaece.


Imagen tomada de https://www.flickr.com/photos/choconancy/1138118872

Así que uno observa las calles de siempre desde una perspectiva diferente, las montañas en un verdor fascinante... y todo le parece bello. Y mira uno a los ojos de la gente y encuentra más razones para agradecer vivir en un país lleno de matices y en la posibilidad de que cada día más se concrete las libertades individuales y colectivas acompañadas de unas circunstancias reales para poder ejercerlas. Un país en el que las molestias de los comportamientos rutinarios y diarios se modifiquen o cambien para posibilitar mayor niveles de sana convivencia. Y en especial, un país en el que las diferencias ideológicas permitan ver un universo enriquecedor que hace frente a la homogenización a la que curiosamente tiende los sistemas y algunas posturas políticas.








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