lunes, 8 de abril de 2013

Condenados a la búsqueda de la autonomía

He ratificado que la autonomía es un proceso gradual y que exige esfuerzos, caminos y batallas en el ser humano. Hace un año largo he intentado concretar lo que aprendí sobre la teoría de la autonomía en la crianza de mi hijo. En esta maravillosa experiencia de ser mamá hubo y hay momentos en que siento el costo de la independencia pero también la felicidad al verla reflejada en los primeros pasos de mi bebé, o en su carita feliz al irse al jardín o en su etapa de dejar el pañal.   Y es que los seres humanos estamos condenados desde que nacemos a liberarnos de nuestras propias ataduras y también las de un mundo adulto que construye canones sobre la crianza de los más pequeños o sobre tradiciones incomprensibles sobre el desarrollo físico, emocional y mental de los chiquillos.

Por mi parte me he vuelto una madre "prolactancia" sin ponerme límites y tiempos para la lactancia de mi hijo a no ser los que son estrictamente obligatorios en mi caso personal referidos a mi horario laboral y haciendo caso omiso a un entorno donde familiares, amigos y hasta profesionales de salud que consideran que se debe lactar hasta determinado tiempo o en el peor de los casos quienes piensan que la leche materna después de un tiempo solo es agua y no tiene nutriente alguno.  Por fortuna me he encontrado con blogs muy interesantes acerca de la crianza respetuosa que incluye los beneficios de la lactancia materna, entre otros temas, como el de Louma Sader en “Amor Maternal” o el de Mónica Salazar Ponce en “Familia Libre”.  Como me hubiese gustado encontrarme con este último blog antes de mi embarazo para conocer todas las ventajas sobre el porteo y todas las experiencias que Mónica enseña en su blog.

También tuve la fortuna de encontrarme con los textos del pediatra español Carlos González. "Un regalo para toda la vida", "Mi niño no me come" y "Bésame mucho",  un texto maravilloso y muy agradable de leer.  Así he bajado mitos y trato de atender a mi hijo con mucho cariño y amor. Aunque siento que uno siempre puede hacer más y mejor por los hijos y hay días en que vengo a mis labores con el corazón en la mano al dejar a mi chiquillo por unas horas.

3 comentarios:

  1. Muy de acuerdo contigo Enith, me identifico con tus palabras... desde pequeños estamos en permanente tensión con la cantidad de límites, que nos imponen la cultura, la sociedad, la familia, en fin... entre mas nos coartan, mas queremos libertad (no sólo pasa a los niños, sino también a los adultos) y no dejo de pensar que nuestras propias ataduras, la mas de las veces, son ataduras (temores, inseguridades, prejuicios) que nos han sido impuestos desde que somos niños y es allí donde me gustaría no generar eso en Santiago.

    Y si, claro, es una lucha permanente con uno mismo, y es que romper esquemas en el mundo en el que vivimos actualmente es muy complicado, pero no imposible y menos cuando el amor, el sublime amor que siente uno por los hijos es la motivación para ello. Dejarles vivir, dejarles sentir, dejarles pensar, dejarles hablar, dejarles crecer a sus ritmos, dejarles SER eso es libertad y es la libertad que nos quitaron a muchas y que no queremos robar a nuestros hijos... cada paso es dificil, bien lo dices, pero trae unos frutos maravillosos a corto, mediano y largo plazo y se consiguen pensandonos una maternidad consciente, respetuosa, empática, solidaria.

    Muy buenas referencias las que regalas, a mi también me hubiera gustado mucho conocer sobre el tema mucho antes del nacimiento de Tiago y así hubiera llegado empoderada a mi parto y hubiera alegado para que me pusieran a mi niño en mi pecho desde que nació, no hubiera dejado que probara ni una gota de leche de fórmula, y ese primer mes le hubiera cargado mas, besado mas, dormido mas con el, pero por fortuna la crianza respetuosa llegó a mi (yo digo que Santiago la atrajo hacia mi) y no dudé en hacer las modificaciones que mi propio instinto me decía que debía hacer...

    En fin, muy buen texto, muchas gracias por compartir tus reflexiones y hay que seguir en la lucha para conquistar la libertad (independencia y autonomía) de nuestros hijos, pero siempre siempre sin perder de vista la lucha por la nuestra propia.

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    1. Hola Natalia que agradable encontrarme con tus apreciaciones y comentarios a mi publicación. Gracias a tí, también he llegado a lectura y sitios web muy interesantes, pero sobre todo, a compartir inquietudes, temores y alegrías con estos chiquilines que nos han prestado.

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  2. Buen texto para compartir especialmente entre los que tienen hijos pequeños.

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